"Para mí el bádminton inclusivo es una oportunidad de hacer deporte en un entorno competitivo donde todos los participantes tienen a la vez la oportunidad de pasarlo bien. El deporte adaptado tiene muchos beneficios, pero personalmente creo que el deporte inclusivo tiene aún más.

 

Yo vengo de un entorno de tenis de mesa, donde las competiciones inclusivas son habituales porque apenas hay necesidad de modificar las reglas de juego, pero también he estado haciendo otros deportes donde, si no se implementa el deporte inclusivo, es muy complicado hacerlo de un modo satisfactorio. En el colegio, muchas veces nosotros mismos adaptábamos las normas, pero fuera de él por aquel entonces no era posible. El deporte inclusivo te permite entrenar en cualquier club o escuela, aumentado así las posibilidades de hacer deporte, de ir a competiciones, de pasarlo bien, de conseguir lo que cada uno quiera del deporte. También te permite hacer deporte con tus amigos y en cualquier tipo de entorno. Del mismo modo, el deporte inclusivo permite hacer más visible a las personas con discapacidad y permite a los deportistas sin discapacidad ponerse en la piel de los demás y jugar de tú a tú en igualdad de condiciones, rompiendo con la tendencia de jugar a medio gas contra personas con discapacidad, actitud que no es beneficiosa para ninguna de ambas partes.

 

Para mí las competiciones de bádminton inclusivas es donde disfruto más del deporte por muchos motivos: al reducir mi terreno de juego el nivel se iguala y el deporte pasa a depender menos del físico y más de la técnica y la táctica de cada uno. También, las veces que he jugado dobles mezclando a personas con y sin discapacidad, la estrategia entra aún más en juego y los partidos acostumbran a ser muy divertidos.

 

En definitiva, espero que cada vez el deporte inclusivo y las competiciones inclusivas vayan ganando terreno y se implanten como un modo habitual de hacer deporte a todos los niveles."